Entre las rancias y repetitivas noticias de la mañana, escuché con asombro que el escritor y periodista colombiano David Sánchez Juliao había muerto en Bogotá a los 65 años a consecuencia de una afección cardíaca. Lo primero que lamenté fue el haber aplazado por tanto tiempo el contacto con uno de los pocos escritores que asumió la responsabilidad de editar una revista de cuento en Colombia. Lamento profundamente su fallecimiento, al igual que lamento el no haber realizado en vida el reconocimiento a la labor realizada por el hijo de Lorica en “Puro Cuento: revista de irrealidades”, otra de las muchas iniciativas olvidadas en este país (me pregunto ¿cuántos conocieron la Puro Cuento, colombiana? ¿Cuántas bibliotecas guardan en sus anaqueles un número?) Caballo Perdido: Revista de Ficción Breve, quiere hoy reconocer la Tradición y resaltar los antecedentes que sirvieron como detonantes para nuestro proyecto editorial.
Confieso que hasta hace poco más de un año me entere de la existencia de Puro cuento, revista de irrealidades, llegó a mí, fruto de otra búsqueda y como muchas de las buenas sorpresas por casualidad. Entonces, en una búsqueda, casi imposible de ejemplares de las míticas “El cuento, revista de imaginación” de Edmundo Valádez y de “Puro cuento” de Mempo Giardinelli, surgió el proyecto de David Sánchez Juliao. Tres números, catalogados en la Biblioteca Luís Ángel Arango de Bogotá daban muestras de la existencia de una revista que hasta ahora sólo, el poeta Juan Manuel Roca ha confesado saber de su existencia, de resto parece que nadie se dio cuenta de la loable labor del escritor cordobense y que la publicación surgió y desapareció por generación espontánea. Nada raro si consideramos las precarias condiciones en las que se desarrollan los proyectos de este tipo en el país y la escasa recepción que tienen del público.
Confieso que en los últimos meses no pasó por mi cabeza que Sánchez Juliao, partiría tan pronto. No logré hablar con él, no cumplí mi cometido de reconocer en su proyecto los antecedentes de este difícil camino de las revistas literarias y más aún de las revistas especializadas en cuento. Creo que todo está por hacerse y que la “revista de irrealidades” de Sánchez Juliao debe, merece un reconocimiento, lo lamentable es que –como siempre- sea ahora con su muerte, porque así como todos por estos días desempolvan los viejos acetatos de Helenita, la de María de los guardias, instamos para que todos aquellos que poseen un número -olvidado o no- de Puro Cuento, lo saquen y lo compartan, en el mejor de los casos lo donen a las bibliotecas o simplemente lo lean que en últimas para eso fue impreso.
Juan Manuel Ramírez Rave
Caballo Perdido: Revista de ficción breve.
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