Presentación de las lineas de investigación.


De Quiroga a García Márquez: el cuento como artificio
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Rigoberto Gil Montoya
Profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira
Director del semillero de investigación en cuento literario.
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Pretendo señalar de qué modo Horacio Quiroga y García Márquez establecen unas posturas formales ante el hecho de la escritura del cuento. Al firmar su Decálogo del perfecto cuentista, Quiroga está expresando que escribir cuento exige unas formas, unos modelos y conviene pensar esas formas en relación con una rica tradición literaria. Por eso en su decálogo de convicciones le dice al novel cuentista que debe creer en Poe y Maupassant, en Chejov y Kipling. Le dice también que escribir cuentos puede convertirse en arte, siempre y cuando, dentro de esa tradición, se insista en aspectos formales y de contenido. Quiroga apela a la conciencia de la escritura, antes que a la emoción; apela a los modelos, antes que a la inspiración. Era 1928 y de esta forma el cuentista uruguayo respondía a los aires vanguardistas que se habían hecho poesía y extraño canto en Huidobro y Vallejo.
Veinte años después un joven de provincia, Gabriel García Márquez, empezaba a escribir cuentos alentado por la convocatoria de un escritor y periodista, Eduardo Zalamea Borda (Ulises). Desde las páginas de El Espectador Zalamea invitaba a los nuevos escritores a que enviaran sus textos al periódico. Los publicaría, decía, si estaban “escritos correctamente y dentro de ciertas normas de buen gusto, que creo poco menos que imposible definir”. Así, el periodista parecía responder a la precariedad de una escritura moderna en el país, cuyos temas seguían inventariando lo terrígeno y la violencia política. Era 1947 y los machetes del Bogotazo empezaban a afilarse. García Márquez envía sus primeros cuentos, “La tercera resignación” y “Eva está dentro de su gato” y aparecen publicados en las páginas de El Espectador. De estos textos iniciales el que me parece más interesante es “La mujer que llegaba a la seis”. Salió publicado por primera vez en 1950, en el semanario Crónica de Barranquilla. Como lo anotara Ángel Rama, este texto aparecerá de nuevo en 1952, en las páginas de El Espectador, con una carta en la que García Márquez expresa, entre otras cosas, que ese cuento “parece más de Hemingway que de Gabriel García Márquez”.
He aquí el surgimiento de una escritura conciente para el país y muy cerca de los derroteros que Quiroga expresara en la década del veinte. En el punto tres de su manifiesto Quiroga escribió: “Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia”. García Márquez habría imitado concientemente el estilo de Hemingway y él mismo evalúa el atrevimiento: “Eso es una calamidad. Pero como el reparo me parece una tontería, y, además, como el cuento me gusta, no veo por qué debo inyectarle mis habituales dosis de pesadilla, sólo para que Hemingway no se dé el lujo de decir que estos indios de plumas y taparrabo escribieron un cuento que parece suyo”.
Entre el derrotero estético de Quiroga y la carta aclaratoria de García Márquez, el cuento latinoamericano participa del interés por desligar el oficio de la escritura de otros oficios. El escritor se asume, valida una tradición, reescribe temas y se impone, a sí mismo, unos presupuestos estéticos. Esto formaría parte, por supuesto, del diálogo con lo universal que Borges postula como principio en “El escritor argentino y la tradición” (1932), y de la mayoría de edad a la que se refiere Alfonso Reyes en sus “Notas sobre la inteligencia americana” (1936).
La ceiba de la Memoria:
El Puerto negrero en la Novela Total
Kevin Alexis García.
Comunicador Social
Asp. Magister en Literaturas Colombiana y Latinoamericana
Docente de la Universidad del Valle
Pertenece al consejo editorial de la revista Caballo Perdido
Como Novela Total esta obra, ganadora del premio Casa de las Américas, integra en un estado superior las creaciones anteriores de Roberto Burgos Cantor. Tal como ocurrió con García Márquez, las exploraciones narrativas y populares de Cartagena y el Caribe, expresadas en los cuentos y novelas de Burgos, hoy se comprenden como partes de una totalidad que alcanza su mayor realización en La ceiba de la memoria. Burgos se ocupa de la Cartagena esclavista del siglo XVII y a la realidad histórica le opone una imagen literaria que la supera y desborda. En el centro la ciudad es personaje, Cartagena, principal puerto negrero de América, ingresa a la historiografía literaria. Avatares de la novela histórica, el oficio del escritor y la construcción de memoria.
Linea Estudios de género e identidad Narrativa
Susana Henao.
Licenciada en Filosofía de la UTP. Especialista en Literatura de la Universidad de Caldas. Estudios de Maestría en Literatura de la UTP.
Pertenece al consejo editorial de la revista Caballo Perdido.
La línea de Narrativa femenina busca dar curso investigativo a trabajos y reflexiones en torno a los sistemas simbólicos presentes en los procesos de construcción de significados culturales en torno a la identidad femenina. A partir de la vida misma se accede a los repertorios disponibles para comprender e interpretar la acción y la intención humanas en el caso de mujeres que por siglos habían visto negada la voz y las posibilidades de actuación en los escenarios públicos. La literatura escrita por mujeres puede ser considerada como un dispositivo narrativo de organización de la experiencia, las creencias, los relatos de vida, la memoria, las razones afectivas, la planificación de la acción, la comprensión de la situación y las demás formas de conducta colectiva que ellas despliegan en la cotidianidad. De allí que la línea deba abarcar no sólo los estudios de género, sino también los estudios sobre gays y fenómenos urbanos, estudios poscoloniales, al igual que estudios sobre los mundos que sea posible imaginar para dotar de sentido y operabilidad a los nuevos significados que las mujeres construyen en su diario acontecer. La literatura y el arte, las implicaciones políticas de los discursos y los léxicos corrientes, la codificación canónica y no canónica de los textos y las situaciones, y en fin el uso dado a los recursos culturales y las relaciones con el poder, son, en última instancia los que forjan la identidad de todos los seres humanos en la contemporaneidad, lo cual nos presenta la narrativa femenina como forma válida para comprender el conjunto de la sociedad y todas nuestras circunstancias.
RACIÓN DE CAMPAÑA
Jáiber Ladino Guapacha.
Licenciatura en Español y literatura.
En la Biblioteca de los cuentos hay un anaquel cercano al de los magos y las brujas.
Brazo de reina, Manchamanteles, Dulce de plátano maduro han sido las primeras lecturas de una vertiente del género que cautiva a los más jóvenes.
Para degustar de los cuentos de este anaquel, Ración de campaña quiere ser la línea en la que el lector de cuentos puede convertirse en un excelente anfitrión.